Tengo ganas de lo inevitable
de que mires mi boca otra vez
y a modo de silencio
hablar contigo lo evidente de ese lenguaje.
Tus ojos flagrantes
sediciosos de realidades
aquellos que despiertan los ecos de mi abismo vislumbrante
están escritos en todas partes.
Sin medir distancias ni direcciones
nunca se cansan, hasta mi se expanden
exasperando mis más profundos temores.
Una pausa interrogante
y es que ante la verdad
cómo reivindicarse.
…
¿Y tú a quién engañas
huyendo todos estos años de nadie?
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