{es tan fácil perderse cuando solo existen los piesy buscas despedidasen donde la distancia es una hectárea de muerte infinitay donde quizás la fe te mantendría los pies en el suelo del mismo cielo}.
Aunque en el perdido reencuentro
sigamos mirándonos con los ojos cerrados
perdidos besaríamos nuestros ombligos
nuestro único ombligo del mundo.